Una de las mejores cosas que podemos dejarle a la humanidad es el testimonio de que fuimos personas felices.
Esto engrandece el alma de nuestra familia y del mundo.
La felicidad más poderosa es la felicidad sin causa.
En India le llaman Ananda.
Es una felicidad que no depende de eventos externos.
Surge del estado de presencia plena.
Esta Felicidad no se encuentra en:
la satisfacción de ningún deseo
el amor que alguien te pueda dar
el reconocimiento que puedes conseguir
el poder, el dinero o la seguridad que puedas lograr
no se encuentra en las películas, en netflix y ningún tipo de estimulación de ningún tipo
no se encuentra en ninguna acción o acontecimiento externo
Esta felicidad es el néctar que tu sistema nervioso produce cuando estás plenamente presente.
Es, concreta y literalmente, un néctar:
Un fenómeno químico que se desencadena cuando la mente cesa su desesperada carrera por sobrevivir y se aquieta.
El silencio entra en tu campo energético y tu sistema nervioso responde liberando néctar.
En India a éste néctar le llaman Amrita.
Es un fenómeno químico que tu cerebro es capaz de producir.
Y no sólo eso.
Una vez que tu cerebro lo reparte por tu cuerpo, los poros de tu piel pueden liberarlo y llenar el espacio alrededor de tí con ese perfume divino, afectando a todos los átomos y moléculas y personas que están a tu alrededor. Todos se embriagan de dicha y felicidad.
No creo que haya evidencia científica de esto todavía... estoy seguro que es así, me ha pasado.
La ciencia va a llegar, algún día, cuando nos suceda a todos se va a interesar en estudiarlo.
En Resumen
Cuando tu mente se aquieta,
el silencio fluye por tu alma,
tu cerebro secreta Amrita,
y experimentas felicidad sin causa,
la cual se comparte generosamente
con todo y todos.
El Amor ocupa nuevamente su lugar,
y reconociendo que no sólo sientes amor
sino que Amor es lo que tú eres,
has traído el Cielo a la Tierra.
Este es el máximo destino humano.
Crear el Cielo con agua piedras y barro.
¿Existirá algo más poderoso, esencial e importante que esto?
¿Has pensado alguna vez en la posibilidad de buscar este cáliz?
Está al alcance de tod@s.
Quién pueda oir, que así sea
y ojalá haya much@s que busquen.
¿Y te digo una cosa más tremendamente esperanzadora?
Quién busca, ¡encuentra!
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