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Despertar de la Consciencia y el Florecimiento del Corazón

Embarazo y Despertar Espiritual... ¿Pero sabes qué es una Experiencia Espiritual?

¿Será posible, en estos tiempos de luces, sonidos y actividad incesante, que perdamos la adicción a la dopamina? Creo que nuestro futuro depende de eso.

Una vez más esta idea comenzó a darme vueltas después de una sesión de terapia Gestalt, de ésas que son un regalo para uno como terapeuta, porque te sanan tanto a tí como a tu consultante. Pudimos tocar, y llegar experiencialmente a un asunto trascendenteal, que desafortunadamente casi nadie entiende, a pesar que forma parte de nuestra vida desde que la vida existe.

¿Cómo es posible que después miles de años sigamos sin comprender un fenómeno que nos es tan natural como respirar? Lo tenemos frente a nuestras narices, especialmente las mujeres, y luego todos olvidamos el asunto y sufrimos las consecuencias.


Mi consultante me contaba que estaba a punto de embarazarse y, trabajando al modo gestáltico, en lugar de interesarme en sus opiniones sobre el tema, me resultó mucho más importante darle espacio y tiempo dentro de nuestra sesión a la sensación física que ella tenía respecto de su futuro embarazo. Si, porque son nuestras sensaciones físicas la puerta hacia las dimensiones más profundas del alma. Y quiero diferenciar sensación física de emoción. Si bien las emociones generan sensaciones físicas en el cuerpo, son las sensaciones físicas las que realmente nos permiten comprender qué nos sucede y tocar la profundidad de nuestra alma. Se podría decir que nuestra alma está hecha de sensaciones y la inteligencia que estas sensaciones poseen.


El asunto es que en sus sensaciones físicas comenzó nuestro viaje.


Me contó que el día anterior había notado que se sentía feliz de embarazarse. En ese momento mi cuerpo sintonizó con el suyo e instantáneamente sentí mi corazón activarse; comenzó a fluir luz dentro de mí. Era muy nítida la experiencia, tan poderosa como la que tienes después de meditar 2 o 3 horas seguidas... pero en realidad tenía más sustancia y profundidad que eso.

Entonces la invité a centrar toda su atención en la sensación de felicidad y a percatarse cómo esa felicidad se sentía en su cuerpo, como sensación. Durante unos 20 minutos ella experimentó algo que describió como "la completitud del amor" fluyendo dentro de ella. Algo así como sentir el amor de tal modo, que no quedaba ningún espacio vacío. Ella podría dar más detalles de su experiencia, para mí, en mi propio cuerpo, la experiencia era algo así como lo que uno siente cuando al fin tiene la libertad de expresar la esencia más profunda de su ser, el regalo ser todo el amor que es uno, esa felicdad de sentirse entero, lleno, completo y realizado.


Ahí reapareció la experiencia que tuve cuando nació mi hija. Un renacimiento, una nueva oportunidad de vivir la vida, como si se descorrieran todos los velos del dolor, el cansancio y el peso dentro de mí alma y de pronto toda la vida que yo veía oscurecida se llenara de luz, un lugar nítido y vibrante donde reír, vivir, disfrutar de existir y crear.

¡Ese día entendí por primera vez porqué a algunas personas les gusta tanto tener hijos!


Creo que comprender lo que está en juego en relación al embarazo, parto y puerperio podría salvar el mundo. Aunque no tengo muchas expectativas que alguien logre darle la importancia que tiene. Por algún motivo que no logro entender, o quizás no logro aceptar, pareciera ser que las personas se toman en serio las cosas cuando hay alguna investigación científica que dice algo al respecto. ¡Estoy seguro que hay algunas, y no me interesa mucho buscarlas! Me basta con tomarme en serio lo que mi cuerpo dice a través de sus sensaciones, ojalá todos hicieran lo mismo, así accederíamos de forma colectiva a nuestra sabiduría natural, innata, la herencia de la naturaleza en nosotros. De eso se trata la terapia Gestalt, de ayudarnos a leer ese libro abierto que es nuestro cuerpo.

Y bueno, si el mundo no se salva, tampoco hay nada que hacer. No somos la primera ni la última especie que se extingue. Un amigo muy sabio dijo una vez "de algo hay que morirse y la única cosa segura es que nos vamos a morir, aunque no se sabe muy bien cómo". Así que no es necesario que nos pongamos tan ansiosos por cómo nos va a llegar. Le escuché decir eso cuando me pasaba días asustado por la muerte y el fin del mundo. Esa frase me curó.


Bueno, este es el asunto:

Chicas, mujeres, mamás y papás, tenemos que enterarnos de esto. Cuando viene el proceso del embarazo lo que nos hace sentir felicidad no es que viene un hijo... o sea, eso también, pero ese hijo que viene en camino sólo es el evento externo, lo que sucede dentro nuestro es mucho más importante que eso. No se me mal entienda, nuestro futuro bebé también es importante, pero lo que sucede adentro es más importante. Ojalá un día nos importe más lo que nos pasa dentro que lo que sucede fuera. De eso se trata la salud mental y psicológica. Mis consultantes se empiezan a sentir bien cuando le comienzan a dar importancia a lo que les sucede dentro... luego están en mejor capacidad de lidiar con todo lo que está fuera.

Explico:

Nuestro cuerpo es el lugar a través del cual puede manifestarse la esencia, el amor, el Ser, la Consciencia, Dios, en fin, llámale como quieras. Y el ego es lo que hace que tu cuerpo sufra y, entre muchas otras cosas, tenga tensiones crónicas. El ego le hace guardar emociones que de tanto estar atoradas dentro, nuestra alma no aguanta de tanto que le hacemos aguantar. Digamos que el ego hace que el cuerpo, en lugar de ser un espacio de manifestación del Ser, acabe funcionando como una máquina rígida de doler.

Este asunto de que el cuerpo nos duele se vuelve cada vez más obvio a medida que envejecemos... porque mientras más años tenemos, más hemos aguantado y al final el cuerpo no se muere de viejo, sino de enfermo, enfermo de todos los dolores que el ego le impone. He tenido suficientes experiencias de profunda expansión que me han demostrado una vez más que no existen dolores "físicos", todos los dolores del cuerpo son realmente dolores del alma, porque el alma está en el cuerpo, son dos cosas que si ser lo mismo, no puede separarse.

Quizás si no tuviérmos un ego tan ajustado y apretado, al final no moriríamos enfermos. Seguramente lo haríamos como lo consiguen algunos seres liberados del ego: Simplemente un día, estando perfectamente sanos, se dan cuenta que ha terminado su ciclo vital, se despiden, se recuestan y exhalan. Listo, el alma sale de cuerpo y ya está, todos felices. Si, parecido a Yoda en la Guerra de las Galaxias. Y bueno, quizás no todos felices, algunos egos que se quedan de este lado pueden mostrar una gran dificultad para procesar el dolor de la pérdida y, en lugar de vivir el doloroso proceso de pérdida, viven el autoniquilante proceso de resistir vivir el proceso de la pérdida. Esto si que hace daño.


Laura Gutman -una autora argentina que ha indagado mucho acerca de las mujeres, sus hijos, la crianza y los misterios del embarazo y el puerperio entre otras cosas-, es muy polémica por diversas razones. Una de estas razones es que dice verdades muy profundas que a los egos muy rígidos les aterririza oir. Ella dice que en el ciclo de la vida de una mujer hay 3 nacimientos.

El primero es cuando sales del útero de tu mamá, el segundo es cuando llega la adolescencia, y el tercero cuando vives el proceso de embarazo, nacimiento y puerperio.


¿Qué significa esto? Es simple, en estos 3 momentos de la vida el cuerpo se abre, las garras del ego pierden su fuerza y fluyen a través de él las poderosas energías, siempre limpias y eternas del Espíritu. En la adolescencia esta apertura está muy vinculada al despertar de la sexualidad.

En el embarazo lo que sucede es TREMENDO. Tu cuerpo despierta el programa más prístino y amoroso que estaba ahí dormido, esperando el momento para crear un vida. Este programa es una app que llevamos instalada en el ADN desde antes que fuéramos humanos, cuando la gran mente del universo decidió crear vida. Tu cuerpo se sintoniza con la fuente de la vida para dar forma a un nuevo ser dentro de él.

Esto equivale a que toda la luz cósmica comience de pronto a fluir por CADA UNA DE TUS CÉLULAS Y FIBRAS DE ADN. Lo que estás viviendo no es sólo que esperas que un bebé se forme dentro de cuerpo, estás siendo inundada de el programa original de la vida, estás teniendo una experiencia ESPIRITUAL.


Y como sólo le damos crédito a lo que dicen los estudios científicos, no entendemos nada bien lo que son las experiencias espirituales. Hay muchas formas de tener una. Están los retiros de ayuno, de meditación, las plantas de poder, las prácticas espirituales de tantos y buenos caminos para el despertar de la consciencia... y también el embarazo.

La parte confusa es que no sabemos cómo funciona una experiencia espiritual. Porque son áreas de la vida que casi nadie toma muy en serio. Y si les damos importancia solemos confundirlas con filosofía o ideas religiosas, que no tienen nada que ver con la alineación cósmica de tu ADN con la fuente de la vida.

Lo que menos se entiende, y lo más difícil de un proceso de despertar espiritual es que cuando esta luz fluye por nuestro cuerpo apretado, rígido e intoxicado de ego, se produce una purga... y no suele ser agradable. Las experiencias espirituales no son un plácido viaje por nubes rosadas, nos empujan a visitar las profundidades más oscuras. La parte bonita suele ser el 20% de la experiencia.

Es igual que lo que hacen las plantas que usan para hacer ceremonias sagradas "chamánicas" como el San Pedro o la Ayahuasca. Muchas veces hay vómitos y otros síntomas de mucho malestar porque cuando la luz comienza a fluir, el cuerpo necesita deshacerse de todo el dolor que ha acumulado, una especie de barro tóxico que impide que la luz fluya de modo adecuado que está ahí debido a las constricciones que el ego impone al fluir de la energía. Los primeros 3 meses de embarazo tienen muchos elementos de purga.


A algunas mujeres después de este proceso de embarazarse y parir, les cambia la personalidad y muchas veces es para siempre. Porque como dice Laura, es un nacimiento. Tu bebé nace, ¡y tu también! Para algunas este cambio es muy, pero muy positivo. en estos casos tal vez esto se deba a que han tenido la bendición de vivir este proceso con la suficiente contención o el suficiente entendimiento para que a través de ellas puedan metabolizarse todas las energías que necesitan hacer su proceso y tener una buena integración -cuando digo energías quiero referirme en general a sentimientos, emociones, recuerdos, sensaciones y también, energías sutiles.- Similar a lo que ocurre si tomas alguna planta de poder con alguien experimentado, que sabrá crear el contexto adecuado para que la experiencia sea sanadora y benficiosa para tí. Digamos que estas mujeres han tenido "un buen viaje".

A otras les sucede que por diversas circunstancias no han podido procesar de modo adecuado todo este terremoto energético-espíritual y experimetan el proceso de modo traumático, lo cual resulta muy doloroso para ellas, su familia y sus hijos. Si es tu caso, no te alarmes, esto se puede reordenar, y quizás sea de ayuda hacer un buen trabajo terapéutico.


Por esto, sería muy importante que TODOS comprendiéramos que esa mujer que vive este proceso -embarazo, parto y puerperio-, va a poder vivir este proceso de forma más integradora si tiene espacio y tiempo para procesar todas estas experiencias, entendimiento adecuado del proceso y de ser posible, ayuda de alguien que pueda acompañarla -como un terapeuta-. Así será más llevadero internarse en las aguas profundas de su cuerpo-alma que vive una de las transformaciones más profundas que puede vivir un ser humano.

Esa felicidad que sientes cuando comienza este proceso -que puede suceder antes o después de que el óvulo ha sido fecundado, recordemos que los asuntos del espíritu no están sujetos a la temporalidad a la que están atadas las células-, no se debe sólo a que en un tiempo más vas a mirar los ojos cósmicos de tu bebé, es porque todo el poder del Espíritu está haciéndose paso a través de tu cuerpo, no importa si tu ego está de acuerdo o no. La sabia naturaleza se abre de modo salvaje, amoroso e irracional a través de las fibras más profundas de tu biología y de tu alma.

Aunque soy hombre, he podido asomarme desde mi propia experiencia a este proceso. Y agradezco para siempre la oportunidad. Creo que es un regalo que llevaré conmigo por el resto de vidas que pueda tener -si es que existen otras vidas.-

Cuando mi hija nació tuve la bendición de quedarme junto a ella, cantándole y acariciándola justo después que nació. En ese momento en que le cantaba a su almita dándole la bienvenida al mundo era completamente ignorante de lo que me estaba sucediendo.

Me dí cuenta después cuando caminaba por un pasillo y mis familiares me sonreían y me felicitaban por el nacimiento. Miraba las caras de mi hermano, mi hermana y mi mamá y, a pesar que escuchaba sus voces, el significado de las palabras no alcanzaba a llegarme. ¡No entendía a quién felicitaban ni porqué! Mi consciencia estaba tan expandida que había olvidado que yo era yo, en ese momento yo era una transparencia cósmica llena de dicha y felicidad en donde Tomás no existía, las palabras de ellos sonaban horriblemente desabridas comparadas con lo que había dentro de mí, eran absurdas frente a la presencia atemporal y brillante que fluía dentro de mi cuerpo y consciencia. Mi corazón estallaba como cientos de soles... después de eso yo pensaba; "ahora entiendo porqué a la gente le gusta tener hijos".


Tu embarazo es una puerta dimensional hacia la profundidad de tu Ser. No se trata sólo de hacer nacer un bebé, se trata apernder a entregarte al proceso de nacer tú, tu ser esencial, que para habitar en ese cuerpo necesita purgar los dolores que tu ego ha acumulado, para que reconozcas tu naturaleza luminosa, poderosa y amorosa.

Para acompañar este proceso, lo mejor que puedes hacer es tomarte tiempo para sentir, contemplar y prestar atención a las sutiles corrientes de energía que fluyen a través de tí mientras estás gestando... y también a las corrientes pesadas y densas de sentimientos, recuerdos, emociones y pensamientos que necesitan ser procesadas, digeridas, integradas y metabolizadas.

Es un proceso profundo y difícil de comprender. A veces, cuando el alma necesita purgar te vas a ver enfrentada a síntomas muy difíciles de tolerar en tu cuerpo, otras veces serán emociones, recuerdos, sentimientos que podrían ser dolorosos o aterradores y otras veces, será la plenitud de la vida brillando dentro de tí, tu rostro verdadero mirándote y amándote a través de ti misma y el proceso de gestar una vida... y si , también el alma de tu bebé hablándote en una frecuencia única, sólo una vez en la vida tienes ese regalo.


Todo esto es el proceso de nacer. Naces tú junto a tu bebé.


La dificultad más grande es que casi nadie sabe estas cosas, cómo se hace para surfear las dimensiones espirituales y tristemente, a la mayoría de las personas les parece que seguir con la vida normal mientras estás en ese proceso es lo más adecuado. Incluso hay personas que piensan que el embarazo no debiera interponerse con el trabajo y toda clase de responsabilidades... ¿cuándo nos vamos a dar un respiro para mirar sólo hacia adentro?

No perdemos la memoria sólo debido al cóctel de hormonas que significa este proceso, perdemos la memoria y el sentido de la orientación porque estamos transitando un portal hacia las dimensiones más profundas de la consciencia. No se te quitan las ganas de trabajar porque te falta disciplina. Es tu alma, desde su núcleo amoroso y tierno pidiéndote que vuelvas a casa, queriendo enseñarte cómo respirar en el hogar de tu corazón, para darte a luz, para darse a luz, también para prepararte para tu bebé. ¿Hay algo más importante que eso? En serio, ¿hay algo más importante?


Mi sugerencia, tomarse todos los días al menos unos 30 minutos para no hacer nada, solo sentirse. Sin pantalla, sin música, sin gente, solo tú, tu consciencia y tu existencia.


Y esto no se lo sugiero solo a las embarazadas.


Es para todos.


El espíritu cósmico del universo todos los días nos visita y nos toca la puerta, y a un volumen casi inaudible le dice a nuestro Ego: "Hola Ego, con todo respeto y humildad vengo a decirte que soy el amor cósmico y yo estaría muy feliz de sanar y reconfigurar toda tu existencia si tan solo dejaras de hacer unos minutos todas esas cosas tan importantes que siempre haces. Porque verás, soy el amor cósmico y no puedo hacer otra cosa que amarte con locura y quisiera darte toda la felicidad en este mismo momento. La verdad es que yo soy tú, pero lo olvidas porque, bueno, entiendo, tienes mucho que hacer, todo ese asunto de que te reconozcan, de conquistar el mundo, de tratar de ser mejor persona, de ser más fuerte, de ganar más dinero, o de cuidar a otros, o de ver la última serie de Netflix, o incluso tomarte tiempo para hacer algún hobbie, lograr construir el proyecto de vida que te gustaría y también eso de satisfacerte y hacer algo para encontrar el sentido de tu vida y realizar tus deseos más profundos.. Te entiendo, esas cosas son muy importantes. Pero si pudieras detenerte un momento para llenarte de luz, yo estaría encantado de darte todo el amor. Entiendo que no quieras, porque si recibes toda mi presencia luminosa quizás todos esos asuntos importantes van a dejar de importarte y eso te da miedo porque ya no sabrías quien eres. No te asustes la verdad es que eres yo, y yo soy amor, nada malo te puede pasar... Pero sé que no lo sabes. Así que paso otra vez más, a la hora de siempre a ver si tienes un momento para atenderme. Pero si no, igual te quiero, paso mañana."


Media hora de no hacer nada todos los días bastaría... Durante el embarazo no pasa una vez al día a hablarnos con voz queda, llega con la fuerza de miles de huracanes exigiendo que recordemos. ¡Porque tu cuerpo está gestando a un nuevo ser, ya no se trata sólo de tí!


Dale tiempo.

Date tiempo.

Este momento es único y se repite muy pocas veces en la vida.

Es importante.

Eres importante.

Media hora, apaga el celular.

Apaga TODO.

Siéntete.


Gracias.




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