Muchos sufrimientos de nuestra vida y que no tienen solución, se resuelven cuando en lugar de esperar ser vistos y amados por otros, podemos ver y amar a otros.
El problema suele ser el deseo obsesivo de ser amado, y no tiene solución porque lo que buscamos es amor incondicional de otro ser humano. Los seres humanos no somos capaces de tal amor porque también tenemos necesidades personales. Tal vez algunos humanos excepcionales sean capaces de esto… pero no es levantar una piedra y encontrar 20 o 30 maestros espirituales.
La cura a muchos males es ver y amar a otros…
¿Pero cómo hacerlo?
Tómate todos los días unos minutos para sentarte en silencio, contempla la vida de otros, identifica sus necesidades, ora y pide bendiciones para ellos. Especialmente si te sientes exigente y demandante del amor de alguien, haz esta práctica enviando bendiciones a ésta persona.
Uno de los mejores caminos para recibir lo que queremos es darlo.
Cuando no te satisfaces con el amor que otros te entregan es porque tampoco puedes verte a ti mismo ni tener la generosidad de darte lo que necesitas. El otro te da su amor, pero tu no te das nada, y siempre estás insatisfech@ e insegur@.
Cuando haces esta práctica, también lo aprendes a hacer contigo. Así aprendes a entregar amor y puedes a hacer por tí lo que esperas que otros hagan.
Esta sencilla práctica espiritual la puedes extender a otros momentos y realizar gestos altruistas -sin esperar nada a cambio- hacia otros. Comprende que esta práctica es principalmente por tu beneficio.
Tomás de la Fuente Psicólogo, Terapeuta Formador en Terapia Gestalt Instructor de Meditación Escritor de #ideasquesanan