La energía sexual ha sido muy mal comprendida. La miramos con malos ojos… y claro, así como es de fundamental e importante, sus desviaciones y perversiones causan gran daño.
¿Porqué se pervierte y desvía? ¿Porqué hay tantas emociones negativas asociadas a ella?
1- No comprendemos su naturaleza, por tanto 2- Nos asusta, por tanto 3- La reprimimos, por tanto 4- Estamos desvitalizados, por tanto 5- Su expresión se desvía y dañamos a otros -siendo invasivos exigiendo ser nutridos- o a nosotros mismos -avergonzándonos y sintiendo culpa y vergüenza de ser-.
La energía sexual vincula a los seres humanos con todo lo que está vivo… la energía sexual ES la vida. Y la vida toma miles de formas convirtiéndose en flores, aves, perros, gatos, insectos, ecosistemas y seres humanos.
Estamos disociados de ella, tenemos miedo a nuestra sensualidad, o la usamos al servicio del Ego como una herramienta de control y poder. Acabamos disociados de la vida y no comprendemos sus leyes. Porque no podemos percibirla ni sentirla.
Tu energía sexual, cuando está despierta y activa, entre otras cosas:
1- Nutre el cuerpo, te da fuerza, energía y salud. 2- Te experimentas a ti mism@ como algo placentero, y muchos problemas de autoimagen y autoestima se resuelven. 3- Da fuerza psicológica y magnetismo, todo resulta más sencillo. 4- Disfrutas más relacionarte, porque las relaciones son expresión de la sexualidad y nutres con tu vitalidad a los demás. 5- etc, etc, etc.
¡Despierta tu centro sexual!, deja que su calor se expanda, como si te unieras con la tierra, las estrellas, las plantas, los animales y toda la humanidad. Sé amante, nutre y déjate nutrir. Que su calor y calidez disuelva toda ilusión de separación. Toda la vida es un solo abrazo y unidad.
Tomás de la Fuente Psicólogo, Terapeuta y Formador en Terapia Gestalt Escritor de #ideasquesanan